

Lo que no te cuentan sobre los ETFs y su rentabilidad
El interés compuesto se presenta como la fórmula mágica del crecimiento financiero, pero antes de dejarte llevar por promesas de riqueza rápida, es fundamental entender lo que realmente implica y, sobre todo, lo que no te están contando.
La primera referencia documentada al interés compuesto apareció en un anuncio de The Equity Savings and Loan Company allá por 1925. Desde entonces, la industria financiera ha sabido aprovechar este concepto, no solo por su potencial, sino también porque muchos inversores se dejan convencer por la magia del interés compuesto, depositando sus ahorros sin tener en cuenta otros factores cruciales.
Interés Simple vs. Compuesto: ¿De qué estamos hablando?
Es esencial entender la diferencia entre el interés simple y el compuesto. El interés simple sigue una progresión lineal, mientras que el compuesto tiene un crecimiento exponencial. A largo plazo, quienes utilizan el interés compuesto pueden beneficiarse enormemente, pero conocer su poder no significa que debamos invertir sin criterio en cualquier producto financiero que lo promueva.
Ejemplo básico: ¿Cuánto más puedes ganar?
Si inviertes $10,000 al 10% durante 10 años con interés simple, ganarás $1,000 por año. El valor final de tu posición sería de $20,000. Con interés compuesto, reinvirtiendo los intereses cada año, el valor final sube a $25,937.42. La diferencia es clara: el interés compuesto puede hacer maravillas cuando se maneja bien. Pero no todo es tan sencillo como parece.
Lo que la industria financiera no te cuenta
La secuencia de retornos: No todo es predecible
Uno de los grandes riesgos de la inversión es la secuencia de retornos. El mercado no te da un rendimiento constante año tras año. Puede subir un 10% un año y caer otro 10% el siguiente. Esto significa que puedes pasar largos periodos sin ver crecimiento real en tu patrimonio, incluso cuando sigues aportando capital. Esta volatilidad es algo que todo inversor debe estar dispuesto a asumir.
La inflación: El enemigo constante
La inflación es otro factor que afecta los resultados del interés compuesto. El dinero que acumulas hoy no tendrá el mismo valor dentro de 10 años. Si asumimos una inflación anual del 2%, tu rentabilidad real se verá reducida. Por lo tanto, es crucial ajustar las expectativas y siempre considerar este efecto.
Impuestos: El recorte inevitable
En España, los impuestos sobre las ganancias de capital van del 19% al 23%. Esto significa que si logras generar $211,000 en ganancias, tendrás que pagar cerca de $48,000 en impuestos, reduciendo notablemente tu ganancia neta. Así que, cuando hagas tus cálculos, no olvides que Hacienda siempre estará esperando su parte.
El efecto divisa: No todo depende del mercado
Si inviertes en activos denominados en divisa extranjera, estarás expuesto a las fluctuaciones del tipo de cambio. Aunque existen opciones para cubrir esta exposición, estas coberturas tienen un coste que impactará en tus rendimientos. Es algo que debes tener en cuenta, sobre todo si piensas invertir a largo plazo en mercados internacionales.
Comisiones: Todo tiene un precio
No podemos olvidarnos de los costes asociados a los vehículos de inversión, como los ETFs o los fondos indexados. Aunque sus comisiones suelen ser bajas, con el tiempo afectan a la rentabilidad final. Así que es importante tenerlas en cuenta al hacer una proyección realista de tus ganancias.
Coste de oportunidad
No es sano obsesionarse con realizar la mejor inversión posible. Eso no es realista. Pero si es clave aspirar a seleccionar buen un ETF ya que por ejemplo hubiéramos comprado el IBEX35 en las últimas décadas, habríamos tenido una rentabilidad muy por debajo de la del S&P500.
Una mala selección del instrumento puede afectar gravemente a nuestro patrimonio, por lo que es importante aprender a llevar a cabo una gestión activa de nuestras inversiones, aunque sea simplemente una revisión trimestral o semestral de la cartera.
Conclusión: El interés compuesto, sin maquillaje
El interés compuesto es, sin duda, una herramienta poderosa. Sin embargo, su efectividad depende de múltiples factores: la volatilidad del mercado, la inflación, los impuestos, el efecto divisa y los costes de inversión. No es un camino sencillo ni libre de obstáculos, pero con una estrategia sólida y una comprensión clara de los riesgos, puede jugar a tu favor.
En nuestro post sobre cómo empezar a invertir abordamos la discusión sobre las ventajas de una gestión activa, así como de sus riesgos.
Los ETFs más atractivos actualmente
En Breaking Bucks creemos que algunos índices estadounidenses como el S&P500 o NASDAQ actualmente se encuentran en una situación menos atractiva que otros, ya que recientemente han alcanzado máximos históricos y gozan de una valoración media de sus empresas muy por encima de la media habitual.
Además, un dólar en proceso de devaluación por la bajada de tipos y la reducción progresiva de su demanda, lo hacen menos interesante.
Otros índices como el de Shanghai, Shenzhen o Hong Kong, se encuentran cerca de mínimos de 2011. Aunque recientemente ya han repuntado, estos índices siguen infravalorados, y un yuan barato supone un incentivo adicional.
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